Tras visitar unas cuantas agencias para ver con cuál hacíamos el trayecto de 3 días en 4x4, finalmente nos decidimos por Atacama Mística. Era más barata que Cordillera y el mismo precio que otra, pero nos dio mejor pinta.
Así que el siguiente día nos plantamos a las 8 de la mañana para que una furgoneta nos llevara hasta la frontera Boliviana. Éramos unas cuantas furgonetas y nos dijeron que más tarde nos dividirían en grupos de 6 para entrar en los jeeps 4x4.
Después de subir unos 2,000 en una hora desayunamos en la frontera, hicimos los papeles y llegó la hora de hacer los grupos. La verdad es que estábamos un poco acojonados de que nos tocara con franceses, que eran un montón y que iban a hablar en francés todo el viaje. Pero de repente dijeron nuestros nombres y nos metieron con el jeep de otra agencia, Cordillera, que se supone que era más cara porque era mejor, aunque a mí me da la sensación de que todo es lo mismo.
Cordillera tenía dos jeeps incluyendo el nuestro y haríamos todo el viaje juntos. Al final tuvimos suerte, porque la gente era muy maja. En nuestro jeep venía (no voy a contar un chiste) un belga, un americano, un sudafricano, una israelí y nosotros. En el otro una pareja de australianos, y una pareja de indios con su hijo. La australiana, que es actriz, casualmente había estado un año en Bermeo de intercambio cuando tenía 15 años y sabía español bastante bien. Increíblemente tras nuestra experiencia en India, la familia son majísimos. Él es un director de cine bastante conocido en la India y la verdad para nuestra sorpresa son un encanto. Así que ahora nos queda otra visita pendiente a la India, eso si, ni pisar Delhi.
El trayecto en jeep ha sido de las cosas más chulas que hemos hecho en todo el viaje. Los paisajes desde el primer momento hasta llegar al salar son impresionantes. El principio del viaje es un poco parecido a lo que ves en San Pedro, pero visitas una piscina termal en medio de un valle muy bonito. Además visitas lagunas blancas, verdes, rojas, con flamencos. También el desierto de Dalí, llamado así por las curiosas formas de las rocas, vistas a un volcán. Las montañas son de muchos colores y con el contraste del cielo es muy muy chulo. Todo muy bonito, como para sacar miles de fotos, que de hecho hemos sacado.
Nuestra única preocupación era el mal de altura, ya que el primer día visitamos unos geyseres que estaban a 5,000m y dormíamos a 4,400m. Nuestro período de aclimatación tampoco es que fuera muy bueno, ya que llevábamos 2 días en Atacama (2,500m) después de llegar de Santiago que está casi al nivel del mar. Además el tío de la agencia nos acojonó diciendo que casi todos vomitaríamos y nos dolería la cabeza. Hasta la noche todo fue bien y salvo porque a Susana le dolió un poco la cabeza que se solucionó con un pastillazo, nos aclimatamos bien. Alguno del grupo tuvo sus problemillas después de cenar y vomitó pero al día siguiente casi todo el mundo estaba bien ya.
El conductor del jeep era un boliviano chiquitín que la verdad es que conducía bien y con cuidado, pero el segundo día, media hora después de dejar el refugio en el que habíamos pasado la noche, paró el jeep porque habíamos pinchado. Salimos todos del jeep y para nuestra sorpresa una rueda trasera del jeep estaba casi totalmente salida. No le quedaba ni un solo tornillo. Por suerte, el conductor paró a tiempo porque no sabemos lo que podía haber pasado si nos quedamos sin rueda de atrás en un terreno tan poco liso. Y otra vez por suerte, nos pusimos a buscar los tornillos por el camino e increíblemente los encontramos todos en un radio de 50m. Así que a poner los tronillos y a seguir con el viaje.
Según el conductor alguien lo había hecho a posta y para ser justos no sonaba a batalla porque a noche anterior habíamos visto unos cuantos jeeps venir por la noche e irse e incluso a una chica le robaron la toalla (Susana cree que se la llevó el viento).
El último día dormimos en un hotel de sal. Debe haber unos cuantos alrededor del salar y dicen que está totalmente hecho de sal. Es curioso porque el suelo es sal y algunas cosas también pero es batalla que absolutamente todo sea de sal. Allí pasamos la noche y tras negociarlo un poco con el guía decidimos unánimemente ir a ver el amanecer al salar.
4,30 de la mañana a levantarse para llegar al salar. Duro el tema de levantarse pero merece la pena porque el sitio es una pasada. Además la primera parte del salar tiene agua y se releja absolutamente todo e incluso el cielo, así que hicimos una de las nuestras de sacar tropecientas fotos…Más tarde visita a la isla del pescador con tropecientos cactus también y más fotos en el salar. El salar es tan blanco y plano que impresiona. Es como estar en un lago de hielo gigante. Además gracias a su blancura se pueden hacer un montón de fotos con efectos ópticos como éste…
Llegada a Uyuni y directamente fuimos a pillar los billetes de autobús para la Paz, ya que en Uyuni no hay absolutamente nada. Después de levantarnos a las 4,30 bus nocturno a las 20 para llegar a La Paz a las 7, así que ahora andamos por La Paz un poco doblados, pero eso ya lo contaremos en el siguiente post.