La Great Ocean Road, como su propio nombre indica, es una carretera que recorre la costa. Son unos 250 Km al oeste de Melbourne que como toda carretera que sigue la costa, está llena de curvas rodeando los acantilados. Es muy muy típico recorrerla en coche e ir parando en los diferentes pueblos que te encuentras y en los mil y un miradores que hay.
Lo primero que hicimos fue parar en información turística, la verdad que en Australia no hemos tirado mucho de Lonely Planet porque es bastante pobre, y nos hemos dedicado a ir a información turística. Por primera vez en todo el viaje, información turística depende del gobierno y por lo tanto te dan información independiente y no te intentan vender nada. Así que repletos de panfletos, con 15 mapas y una idea más clara de que encontrarnos empezamos a rodar.
Uno de los sitios que la buena señora nos había recomendado es un campo de Golf de uno de los pueblos. Según ella podíamos entrar al campo de golf, con cuidadito de que no nos dieran un bolazo y ponernos a buscar canguros. Dicho y hecho, sobretodo en el momento que al llegar al campo de golf vemos un cartel que pone: Prohibido entrar al campo de golf a ver canguros. Si lo ponían tan claro, es porque allí tenía que haber animalejos, y a los 200 metros de entrar nos encontramos los primeros tumbaditos a la sombra de los arboles. Como no estábamos satisfechos con 4 canguros seguimos andando hasta llegar a un grupo de unos 20, allí descansando. Todos parecían de los más tranquilos, pero al macho más grande se levantó y Susana acojonada pedía retirada. El momento clave fue cuando un estornudo de la acojonada hizo que los 20 se levantaran y enfilaran en retirada… como deben estar muy acostumbrados a la gente se alejaron solo unos metros y felices y contentos nos fuimos al coche a continuar.
Nuestra idea inicial era llegar el primer día a los 12 Apóstoles, el sitio más típico del trayecto, para ver el atardecer, pero entre lo cansados que estábamos por haber dormido en el vuelo-aeropuerto y que hay mil sitios para parar, decidimos quedarnos a mitad de camino en un pueblo que se llama Lorne. A diferencia de la costa este, esta parte es muy tranquila y los albergues no están repletos de adolescentes de 30 años con objetivo de mamarse como cabras. Así que pasamos la noche en un pueblecito muy chulo y descansamos todo lo que teníamos pendiente.
Al día siguiente, el tiempo se volvió a poner en nuestra contra, amaneció gris gris, asi que nuestros planes de ver un atardecer en los 12 apóstoles no parecía muy factible. Igualmente a tirar millas y a ir parando en pueblos y miradores… Esta vez, la señora nos había recomendado para en un pueblo llamado Keneth River a ver koalas, así que nosotros a buscar koalas. No teníamos muy claro dónde buscar koalas, así que poco a poco íbamos mirando arboles por todo el pueblo, hasta que de repente vemos la primera bola en rama… paramos el coche y a mirar al koala, y así seguimos hasta que después de 15 o 20 koalas, decidimos que ya era bastante.
Como los nubarrones negras no nos iban a dejar ver el atardecer decidimos ir los 12 Apóstoles un poco antes, y allí nos encontramos de repente con cientos de personas fotografiando las piedras, no sabemos de dónde había aparecido tanta gente puesto que en el camino no nos habíamos encontrado tanta gente. Además de este punto, que todo sea dicho es muy chulo, hay otros como Loch Ard Gorge, London Bridge o the Arch… todos muy bonitos y con bastantes miradores.
Cuando se acercaba el atardecer, como no se veía ni rastro del sol, decidimos poner rumbo a los Grampians, un parque nacional de los tantos que hay en Australia. La sorpresa fue cuando al llegar a la última ciudad antes de nuestro destino, vemos de nuevo “Carretera Cortada”. No nos podíamos creer que nos volviera a pasar. Además ya se sabía que en Queensland podía pasar por las inundaciones de hace unos meses, pero (en un alarde típico de indocumentalismo) no teníamos ni idea que Victoria también había tenido inundaciones. Por suerte, esta vez había desvio, así que a base de 60 km extras pudimos llegar a nuestro destino y con mucha mucha suerte encontrar alojamiento, ya que todo estaba cerrado al ser las 11 de la noche.
Al despertar vemos que está jarreando, así que nuestras esperanzas de hacer un trekking de 5 horas se van esfumando, y mucho más cuando nos dicen, que no sólo la carretera está cortada, sino la mayoría de las rutas de trekking…como no paraba de jarrear decidimos hacer un par de caminatillas cortas en la única parte abierta del parque y volver pronto al pueblo, a internetear un rato: estábamos en el único hostal con wifi gratis que hemos pisado!
Al día siguiente, lo mismo: jarrea, jarrea! Pero de repente cuando miramos por la ventana mientras desayunábamos, vemos 2 canguros muy tranquilamente comiendo hierba a 3 metros del hostal. Como no nos queríamos ir sin caminar un rato, decidimos que aunque llueva vamos a hacer un trekking de 2 horitas, pero cuando nos encaminamos al comienzo de la ruta, vemos no 2 canguros, sino 40! Comiendo tranquilamente en un campo del pueblo, y para allí que vamos. Esta vez Susana no se asustó, y eso que los canguros se pusieron a pelearse entre ellos al puro estilo de dibujos animados, poniendo sobre la cola para patear al contrario.
Sólo el rato que estamos sacando fotos y riéndonos con los canguros, ya estamos empapados, así que renunciamos al ejercicio, y tiramos para Melbourne.
De nuevo otra vez, tuvimos la suerte de ser hospedados por alguien de couchsurfing y después de dar un rato por la ciudad, nos fuimos para casa de Luke. Un chico de 28 años que había vivido en Madrid y que está súper interesado en la guerra civil española (Emilio, le hablamos de ti).
Para cenar quedamos con Jon, un amigo de la hermana de Ion que han enviado a currar a Melbourne y que vivía a 5 minutos andando de nuestra casa anfitriona.
Melbourne es bonito, pero nos sigue pareciendo que Sydney es más chulo, aunque también es verdad que nos hizo unos días grises y de bastante rasca, así que se disfruta menos. Durante los 2 días que pasamos en Melbourne, la banda sonora han sido los formulas 1, que se oyen desde toda la ciudad.
Como sabéis, después de eso, nos vinimos para Auckland, cuidad en la que estamos ahora hasta el día 30, cuando cogemos la caravana que hemos alquilado y en la que recorreremos las 2 islas durante 24 días. Como es temporada baja (ya empieza a hacer rasca) nos ha salido súper bien de precio: menos de 25 euros al día!
De momento NZ está resultando un alivio para nuestro bolsillo, puesto que todo cuesta un poco menos que en Australia (en dólares) pero además 1 euro son 1,84 dolares NZ, frente los 1,40 del dólar AU, así que eso se nota bastante. Lo que sigue igual es el tema de internet, que es de pago en todos lados y bastante carillo, así que ya sabéis lo que significa.
Por cierto, igual que en los periódicos, nosotros también hacemos fe de erratas. Y es que desde que cambiasteis la hora el sábado sólo hay 11 horas de diferencia, hasta que aquí cambien al horario de invierno, creemos que este fin de semana.