sábado, 25 de junio de 2011

Brasil: Rio, Salvador y Morro de Sao Paulo


Ya estamos en Brasil… y tanto, ya llevamos más de semana aquí. Y a partir de ahora empiezan las vacaciones, porque como es Junio, pues nos tomamos vacaciones, como en el cole. Realmente las vacaciones son porque, como los comentarios, o mejor dicho la ausencia de comentarios denota, Santi ya está con nosotros. Y al recibir gente, pues como que lo sientes diferente, parece todo más cercano y como que nos hemos ido los tres de vacaciones. Además a partir de ahora ya casi no estaremos solos porque en Julio viene Amaia y en Agosto, Inés… así que será todo como vacaciones.

En fin, a lo que vamos, nuestros días por Brasil hasta ahora se han repartido entre Rio, Salvador, y la costa de Bahía.

Bueno, empezamos cruzando por el estado de Mato Groso de Sul  que es donde está la frontera con Bolivia, esa zona debe ser muy espectacular porque hay muchos animales, y lo normal es hacer un tour para adentrarte en el pantanal y ver caimanes, capibaras, pajaros, etc. Más o menos lo mismo que en Rurre pero más a lo bestia, claro que de  igual manera hay que pagar a lo bestia, así que decidimos que habíamos visto suficientes bichos y que no merecía la pena gastarnos los cuartos.

Y es que Brasil es un país muy caro, y no sólo caro en comparación con el resto de sudamerica, es que es casi tan caro como Europa, de hecho, con nuestra vida de vacaciones es el país que más caro nos está saliendo, incluso más que Australia y Polinesia Francesa!!!!!! No entendemos muy bien los entramados de la economía Brasileña, porque el salario mínimo es de unos 400 USD, pero los precios son disparatados…

Así que pasando del pantanal y directos a Rio… donde al llegar al hostal nos encontramos a Bence… sorprendentemente no hubo lágrimas, creo que el chaval llegaba destrozado del vuelo, y nosotros tres cuartos de lo mismo, porque como teníamos el vuelo a las 3 de la mañana pues nos habíamos ido por la noche al aeropuerto y no habíamos dormido nada.

Rio es una ciudad muy chula, tiene algo muy importante: la playa, eso siempre hace la ciudad más bonita. Como todos estabamos muertos nos decidimos a ir a Ipanema a tirarnos al sol, y la tarde la dedicamos a descansar en la terracita del hostal.

Al día siguiente, teníamos que celebrar el cumple de Santi, y pasamos el día al puro estilo domingo en Madrid, es decir de cañas. Nos fuimos al barrio de Santa Teresa que es como en plan bohemio y para rematarlo nos comimos una Feijoada (frigolada). Por la noche, Santi, nos invitó a cenar a base de mejillones, carpacio de salmon y carne… creo que después de eso, se merece un FELIZ CUMPLEAÑOS en el post.



De Rio volamos a Salvador de Bahia, no teníamos pensado quedarnos ahí porque todo el mundo dice que es muy peligroso y tal, pero nos quedamos porque no nos daba tiempo a coger el bote directamente. Y la verdad es que Salvador es muy bonito, o al menos la parte histórica, con casas de colores, iglesias… todo muy colonial. Aunque como en todo Brasil es un rollo el miedo a que te den el palo. Es decir, siempre te dicen que no lleves nada a la calle, sólo el dinero para pasar el día, porque en cualquier momento te pueden atracar, y eso es un rollo. En Salvador por ejemplo, puedes pasear por el casco viejo, pero de una plaza determinada te dicen que no pases, que es zona peligrosa… y esa la calle de al lado de los restaurantes!



Vosotros también vais a notar los efectos de esta peligrosidad, porque eso hace que seamos muy selectivos en los momentos que llevamos la cámara, así que sacamos muy pocas fotos. Es decir, un rollo!

De Salvador cogimos un catamarán a Morro de Sao Paulo, una isla bastante turística, salvo ahora claro. Aquí es invierno, y por tanto temporada baja, además es época de lluvias, así que todo está bastante tranquilo. Eso si, a nosotros de momentos nos han caído cuatro gotas, así que genial, espero que al ponerlo escrito no sea gafe y empiece a jarrear el resto del viaje.

Morro es muy chulo, con playas chulas, las calles de arena y como decía muy tranquilo, aunque nosotros nos conseguimos que fuera muy tranquilo porque nos dio por andar. En la posada había el típico mapa turístico en el que parecía que todo estaba super cerca, así que pensamos que podíamos dar la vuelta a la isla e ir visitando playas, pero resulta que el mapa no estaba a escala, yo creo que incluso la forma era errónea, así que después de casi 3 horas andando por diferentes playas, acabamos en un manglar con agua hasta las rodillas, nosotros convencidos de que ahí se acababa la isla, pero seguíamos y seguíamos y no acababa nunca. Así que tuvimos que dar media vuelta y volver por donde habíamos venido, con 5 horas de caminata y undesgaste acentuado. Como solución: tirarse en la playa a descansar.



Es una pasada lo loca que está esta gente con el futbol, todo el dia te encuentras a gente jugando a futbol y echando pachangas en la playa. Y claro Santi y Ion muertos de envidia porque ellos también quieren jugar. Pues lo consiguieron y jugaron un rato 2 contra 2… el espectáculo fue peculiar, porque aunque los chavales lo hicieron muy bien, se notaba que no jugaban en casa.

Y de Morro, nos hemos venido a Itacaré otro pueblo de playa donde ahora estamos… pero como estoy cansada… lo dejo para el siguiente post, que creemos lo debería escribir Santi, que como no nos escribe comentarios, debería dejar así su legado. A ver si como lo dejo aquí escrito, siente la presión y nos regala unas líneas.

jueves, 16 de junio de 2011

Bolivia:Sucre, Potosí & Samaipata

Conseguir internet en Bolivia está complicado, así que hemos tenido que esperar hasta Brasil para contaros nuestra última semana en Bolivia.

En el anterior post nos quedamos volviendo a La Paz desde Rurrenabaque. Básicamente sólo hicimos escala en La Paz, ya que la misma noche cogimos un autobús hacia Sucre.

En Sucre pasamos un par de días. La ciudad es la capital de Bolivia, aunque el centro político esté en La Paz. Es bastante bonita, en plan colonial y recuerda bastante a Andalucía con casas bajas y de color blanco. Es una ciudad bonita para pasear, ya que tampoco es que tenga demasiados puntos interesantes. Así que el par de días lo dedicamos a patear por la ciudad, subir una colinilla, ir al mercado a tomar zumos y ensaladas de frutas y unos cuantos chorizos típicos de allí que te ponen en bocata y están bastante buenos.



De allí cogimos otro autobús a Potosí para pasar otro par de días. Aunque no lo supiéramos ese día también llegó Evo a Potosí y por ello vimos bastante policía por la ciudad, pero a Evo ni olerlo,  y menos mal, que no fuera a ser que nos quemara por conquistadores, imperialistas y blanquitos.

Potosí es la ciudad más alta del mundo. Está a algo más de 4,000m de altura y es mundialmente conocida por sus minas, que llevan siendo explotadas desde la llegada de los españoles. De hecho, según cuentan, trajeron a millones de esclavos a la zona y se cree que murieron unos 8 millones de personas durante la época de mayor explotación (o eso dijo el guía, pero a lo mejor se lio con los ceros, como Kokotxas).



Potosí es muy pequeña y el centro histórico da para un rato pateando con edificios como la casa de la moneda y la plaza central. La actividad por la que se acerca casi todo el mundo es para visitar las minas, que todavía son explotadas por los Bolivianos, en muchos casos con métodos totalmente manuales y sin ningún tipo de análisis llevado a cabo por profesionales.

Así que al día siguiente nos levantamos pronto para petarnos en el desayuno en el hostal (primera vez que podemos comer una cantidad aceptable en el desayuno en Bolivia, ya que normalmente son unos cotanos importantes dándote un minitrozo de pan) y fuimos a la agencia con la que haríamos el tour por las minas.

Los sábados en Junio son fechas especiales en la mina, ya que aunque no tuviéramos ni idea se sacrifican llamas. Así que nos avisaron que no veríamos a nadie trabajar, ya que era un día de celebración, pero que veríamos el sacrificio de las llamas.

Pillamos el bus que nos subiría a las minas, pero primero hicimos 3 paradas:
  • Equipación minera: Nos pusimos el mono, el casco y las botas como buenos mineros.

  • Mercado de los mineros: es tradición que cuando vas a visitar las minas lleves algún regalo a los mineros. Por supuesto no se estila el regalo en plan peluche llavero, sino que aquí hay principalmente 2 regalos que se suponen son muy útiles, alcohol a machacamartillo o material explosivo. Alcohol se puede comprar desde cervezas hasta alcohol de 96º. Ese alcohol que utilizamos para limpiar heridas, aquí no sé que le hacen (si es que le hacen algo) pero es bebible. En cuanto al material explosivo, no hay ningún tipo de control y puedes comprar dinamita peruana, chilena y boliviana. Por supuesto nos dijeron que la mejor era la boliviana. El “completo” (dinamita+detonador+ compuesto químico para que la explosión sea más potente) estaba a 2EUR. Pusimos dinero con el resto del grupo y como era un día de celebración sólo compramos alcohol para que los mineros se pusieran a tono.

  • Compañía donde se extraen los minerales del material que traen los mineros: La fábrica a la que nos llevaron era tecnología del pleistoceno. Todo iba con tornos y el techo estaba que se caía. Pero nos fueron explicando como se polvoriza todo el material traído por los mineros y se pasa a unas piscinas en las que se echan diferentes compuestos químicos para extraer los diferentes minerales. Los minerales suben a la superficie y las espuma formada es empujada por unas palas. Efectivamente una vez sacada un poco de espuma y pasada por agua se veía perfectamente la plata. Principalmente sacan Zinc y plata.


Después de la parte cultural subimos definitivamente a la mina. Bueno, lo primero que nos encontramos fueron 4 llamas justo en la entrada de la mina. El guía nos dijo que era el momento en el que sacrificarían a las llamas, así que primero veríamos el espectáculo y luego bajaríamos a la mina. La verdad es que cuando nos dijeron que matarían a las llamas pensábamos que serían un poco más profesionales y las degollarían con un buen cuchillo. Pero aquí son más de andar por casa, así que cogen a la llama entre 4 y utilizan un cuchillo de casa, pero uno de cocina grande, sino uno para comer carne normal. Total, todo un espectáculo dantesco, ya que tardan su rato en cargarse a la pobre llama, que no para de chillar y se forma un pequeño río de sangre.



La sorpresa, aún más desagradable es lo que hacen con la sangre. Llenan platos de sangre de llama y empiezan a tirarlos por la entrada de la mina, las casas aledañas para dar buena suerte y luego empiezan a tirarla por encima de la gente. Por suerte llevábamos mono y casco pero todos acabamos con algo de sangre de llama degollada.

Después del espectáculo, dentro para la mina. Es una sensación extraña, porque al principio hace mucho frío pero empiezas a bajar y acaba haciendo bastante calor. Hay que sumarle al tema que estás a más de 4,000m, hay un montón de polvo y la única ventilación es la que entra por la puerta de la mina, así que es un poco agobiante, pero una experiencia interesante. Lo bueno/malo es que no era día de trabajo y no vimos a la gente trabajar en condiciones penosas/no nos dimos cuenta lo duro que es. 






En total bajamos 3 niveles por alguna que otra escalera de madera bastante cutre. Además visitamos una escultura del diablo, y es que aquí por cada minero que muere hacen una estatua en su honor y los viernes van a venerarla a la vez que se agarran unas de cuidado con el alcohol del 96.



Vuelta para casa. Pero antes de irnos el guía nos dijo que su familia iba a hacer una barbacoa de llama en casa y que fuéramos si nos apetecía. Así, que junto a  otros 6 guiris fuimos a casa del guía. Llegamos a la casa, que realmente era un terreno y directamente nos dieron una cerveza a cada uno. Luego nos explicó que había comprado ese terreno para hacer una Guest House y que hoy iban a sacrificar una llama para dar suerte. Así que allí nos quedamos. Había alcohol como para parar a un tren y la fiesta era en plan familiar con el padre, el cuñado policía, la abuela, los niños correteando (incluso la llama estaba allí la mar de tranquila cuando llegamos).

A eso de las 2 y media se pusieron a matar a la llama, otra vez fiesta de la sangre echando sangre a todas las paredes y manchándonos a todos la cara con sangre. Luego clase de cirugía con cuchillo. Matando a la llama no son muy cuidadosos, pero abriéndola son doctores. Un trabajo impecable, quitándole la piel y sacando las entrañas. El hígado es muy importante, ya que según la forma dice cosas. Esta vez, ya que tenía formas como de cartera quería decir que el lugar iba a traer riqueza a la familia.



A todo esto, de mientras, seguían cayendo las cervezas mientras hablábamos con los familiares y con los guiris o jugábamos con los chavales (especialmente Susana se volvió una futbolera y tenía a los chavales controlados). A eso de las 5 empezamos a comer llama, como si fuéramos trogloditas. Por supuesto siguieron sacando botellas con las que llenaban chupitos que te hacían beber sin parar. Llegado un punto el fuego de la barbacoa se convirtió en fogata y pusieron una ofrenda a la pachamama (madre tierra) a las brasas y todos teníamos que echar  un sorbito de bebida en cada esquina. Ya en esos últimos momentos estuvimos bailando un rato hasta que decidimos que ya era hora para volver al hostal, ya que al día siguiente queríamos ir a Santa Cruz.

El día siguiente ha podido ser el peor día de todo el viaje. Ya estamos mayores y no estamos acostumbrados a la jarana, así que una resaca importante y enfrentarnos a muchas horas de bus. Como somos medio fronterizos no nos dimos cuenta en La Paz que sólo había bus directo a  Santa Cruz desde Sucre, así que en lugar de ir desde La Paz a Potosí y luego a Sucre, hicimos lo contrario. De esta forma teníamos 3 horas a Sucre y luego 15 horas a Santa Cruz.

El bus hasta Potosí fue bien, tardó 3,45h en lugar de 3 pero bueno. El problema lo tuvimos en el bus de Santa Cruz. El bus salía a las 5 y se supone que era bus semi cama. La sorpresa es que aparece la señora de los boletos a las 5,30 y nos dice que no hay bus, que se ha roto justo en la entrada de la estación. Pollo importante, la gente bastante mosqueada y algunos de los pasajeros deciden ir al puesto de la policía de la estación. Tras algunos momentos de tensión consiguen otro autobús de otra compañía que nos es semi cama y que nos sale más económico. Sino aceptas te devuelven el dinero. Tras unos momentos de tentación (el avión costaba sólo 40 euros) decidimos montarnos como casi todo el mundo, Así que con 1,5horas de retraso salimos. Teníamos los últimos sitios de atrás así que los cambios avispadamente con unos que no se montaron. 1km después el bus se para en una gasolinera y empieza a entrar gente (para no pagar 0,25EUR que te cobran por uso de la estación). Los tíos empiezan a reclamar sitios y quieren que les deje el sitio los de detrás nuestro e incluso nos dicen a nosotros que vayamos atrás. Por supuesto les decimos que ni de coña. Tras unos momentos en los que parece que los de atrás se van a cascar vuelve a haber paz. 

Parece que ya podemos ir tranquilos a Santa Cruz, pero media hora después nos quedamos parados otra media hora. Nadie sabe lo que pasa. De repente aparece uno de los dos conductores y dice que nos tenemos que volver a la estación, porque ha habido gente que se ha quejado de que la mujer de uno de los conductores vaya en la cabina y la señora dice que si ella no viaja, su marido tampoco, así que con un conductor no se puede ir a Santa Cruz. Medio bus baja a la calle para hablar con el conductor y su muer. Al final se llega a un acuerdo en el que el conductor puede traer a su mujer, a su madre o a quien le dé la gana en la cabina, pero que nos vamos ya. Después de estas vicisitudes nos quedaba hace el recorrido rápido, casi ultrasónico de menos de 500km en 15 horas, casi todo por carretera de tierra. Así, sobre las 9 de la mañana llegamos a Santa Cruz.

Como todo el mundo nos dijo que Santa Cruz no valía nada nos pillamos un taxi compartido que nos llevara a Samaipata, un pueblo a 2 horas de Santa Cruz.

Samaipata es el lugar de vacaciones de muchos cruceños y tiene varios atractivos como el Bosque Nublado, visitar cóndores, bellavista... Fuimos a la información turística y un tío bastante preparado nos metió una chapa bastante interesante e intensa de toda la zona y nos decidimos a hacer el bosque nublado.

El bosque nublado es el bosque más antiguo de Sudamérica y unos de los más viejos del mundo. Debido a la orografía y la humedad sigue habiendo helechos gigantes (también hay en NZ) que no tienen raíces. Además el bosque tiene bastante buenas vistas y nos apetecía hacer algo de caminata. Hicimos la excursión con una pareja de daneses de una ONG y un guía que era majetón pero un poco turista ya que nos contó una batalla de dinosaurios que habíamos visto la noche anterior mientras cenábamos un sándwich.



No hemos tenido más días para disfrutar Samaipata pero nos hemos quedado con las ganas de hacer algún trekking más porque parece que la zona merece la pena.

Por último, hemos llegado esta mañana a Brasil cogiendo el “tren de la muerte” que tiene mucho de mito, ya que aunque son 15 horas es bastante cómodo, te ponen pelis malísimas, pero hemos dormido como campeones. Mañana bus a Campo Grande para coger el avión la madrugada del sábado y llegar a Rio para encontrarnos con Santi “Bencebau” que conseguirá que batamos el record de kilos de comida ingerida en dos semanas…restaurantes por kilo temblad!

jueves, 9 de junio de 2011

Bolivia: La Paz, Isla del Sol, vuelta a La Paz y Rurre

Después del traqueteo de Uyuni, el viaje en bus nocturno y que La Paz esta a unos 3800 metros sobre el nivel del mar, el cuerpo no estaba para muchos trotes, así que el primer día en La Paz nos lo tomamos con mucha tranquilidad.

La ciudad no es especialmente bonita, pero como esta metida en un valle es espectacular ver como han ido construyendo las casas hacia la montaña, es como un agujero repletos de edificios bajos y de ladrillo, y aún más por la noche, cuando parece que estas metido como en un campo de fútbol y con todas las gradas iluminadas. Pero a parte de eso, no hay mucho que resaltar, salvo que claro, con tantas subiditas, a los tres pasos estas sin respiración.



Así pasamos un par de días, paseando por la ciudad, con sus mercados, descansando y comiendo bien, pero a lo de la comida, luego vamos.  Para alegría de Ion, vimos el primer partido de fútbol desde que empezamos el viaje, y es que por primera vez nos coincidia bien, así que celebramos la victoria del barça comiéndonos un bocata riquísimo en un restaurante cubanos con zumo de maracuyá y unas cervecitas.

Desde allí, nos dirigimos a Copacabana, un pueblo a las orillas del lago Titicaca, no confundir con la famosa playa de Rio, que para eso faltan 10 dias! El lago Titicaca es uno de los lagos navegables más altos del mundo a casi 4.000 metros de altura, y es espectacular, con el agua super azul y super calmado parece que estas mirando una postal, es como que nada se mueve.

Para llegar hasta allí hay 3’5 horas desde la Paz, y Susana como siempre, se quedo frita en el bus, a las 2 horas y pico, el bus se para y se empieza a bajar gente y nosotros pensando “que raro, todos se bajan”, así que preguntamos y nos dicen que tenemos que coger un bote, que el autobús pasa en otra barca. Como? Pues si, para llegar a Copacabana desde La Paz, o lo haces así o tienes que dar una vuelta inmensa en tierras peruanas, así que para el bote. Pero lo mejor era ver como pasaban el autobús en una barca de madera, menos mal que nosotros no íbamos dentro.



Copacabana es un pueblo bastante turístico, pero aparte de la Iglesia no hay mucho que ver, lo importante realmente es que es la puerta de entrada a la Isla del Sol.

 La Isla del Sol tenia una importancia especial para los Incas, puesto que era el lugar de nacimiento del sol, de ahí su nombre. En la isla quedan ruinas del templo del sol, la escalera inca y algunas rocas sagradas, pero no es que sean nada espectaculares, sin embargo la isla en si es muy bonita. Esta marcada por las terrazas de cultivo de sus habitantes (mayoritariamente quechuas y aymaras en la actualidad) y es una sensación extraña estar en una isla a 4.000 metros de altura. El lago es tan grande, que hay trozos en el que no se ven sus limites por parece que estas en el mar, pero en cuanto empiezas a andar te das cuenta de nuevo de que estas a 4.000 metros de altura.




Nosotros no pasamos en Copacabana más que el tiempo junto para degustar el “almuerzo”, es decir, el menú del dia, que en esa ocasión estaba basado en trucha del lago, y coger el bote hacia la isla. Una vez allí, buscamos alojamiento al irrisorio precio de 4 euros la habitación y nos fuimos a dar un paseo y a cenar con Kim, una holandesa que conocimos en el bote.

Al día siguiente, nos levantamos prontito por la mañana y recorrimos los 20 km de circuito circular que recorren la isla. El paseo es muy chulo porque muchos ratos vas por el centro de la isla y vas viendo el lago por los dos lados, además tiene unas playas y acantilados chulos. Así que aunque el sol pegaba, nos hicimos el recorrido entero y nos dio tiempo a coger el ultimo bote de vuelta a Copacabana. Después de la pateada, el cuerpo no estaba como para meterse el camino de vuelta a la Paz, así que pasamos la noche allí y al día siguiente nos fuimos de regreso por la mañanita.



De nuevo en La Paz, había que decidir que hacer los próximos días, pero además queríamos ver a la gente con la que habíamos estado en Uyuni, y por suerte Anu, Raja y Yannick (la familia india) ya había llegado a la Paz, así que quedamos con ellos, y después de conocer algunos otros rincones de la Paz gracias a sus anfitriones de couchsurfing, decidimos que nos íbamos a la selva (incluida Dalia, la israelí que también estuvo en Uyuni con nosotros)

En nuestro itinerario inicial no estaba previsto ver la selva en Bolivia, porque o vas en un peligroso autobús por la carretera de la muerte o vuelas, esto segundo es carete, claro. Pero nos apetecía pasar unos días con ellos y nos decidimos por un paquete que incluía el vuelo y el tour de 3 dias en la selva por 160€.

La puerta principal a la selva es un pueblo llamado RurrenabaqueFairchild (nadie en su vida a oído hablar de aviones Fairchild) de 19 plazas. Solo hay una fila de asientos en cada lado y atrás, 3 juntitos, como en el autobús. Es tan pequeño, que hasta Susana tenia que agacharse para ir por el pasillo. Claro está, que ni azafatas, ni nada, y la cabina de los pilotos es abierta, así que vas viendo todos los botones e indicadores que tienen. El avión tiene como formas de mosquito, y como tal se mueve en el aire de lo lindo, y el aterrizaje…uffff…. menudos meneos, y eso que la pista de aterrizaje la asfaltaron el año pasado, porque antes aterrizaban en tierra.





Lo importante es que llegamos sanos y salvos (y que retornamos sanos y salvos) y de repente bochornazo. Calor tropical. La tarde la pasamos entre paseos y charlas tumbadas en las hamacas (las chicas, porque los chicos estaban viendo el partido de Federer Vs Djoko).

Al día siguiente comenzamos nuestro tour. Realmente no hemos hecho el tour de la selva, sino el de las pampas, que es en el que se ven más animales. Después de las 3 horas en 4x4 desde Rurre a Santa Rosa nos montamos en el bote que nos había de llevar a nuestro alojamiento, y en las casi 2 horas de bote vimos infinidad de aligátores y caimanes, pájaros de todo tipo, delfines rosas, monos ardilla y alguna que otra capibara, el roedor más grande.




Cuando llegamos al alojamiento, nuestro gozo en un pozo, y es que lo malo de coger tours baratos, es que están llenos de israelitas. Como todo el mundo sabe (yo no tenia ni idea), los israelitas hacen 3 años de mili (las chicas 2), así que cuando acaban están como locos y se después de trabajar unos meses para ahorrar, se van de viaje. Los destinos favoritos son Bolivia y la India, porque ambos países son baratísimos. Así que se juntan infinitos israelitas, haciendo el cabra y mucho ruido. En nuestro bote, sólo estaba Dalia (que no pertenece al grupo de israelitas locos) y una pareja más, pero en el campamento en total eran como 15. De todas formas, se comportaron bastante, pero digamos que no son los turistas modelos.

En fin, que los días en las pampas nos hemos dedicado a:

  • Buscar por la noche aligátores con linternas, cuando les alumbras los ojos se les ponen rojos como si fueran robots. Eso si, todo desde la tranquilidad del bote.
  •  Dar un paseo por las pampas en busca de anacondas. El paseo es durillo porque las vegetación es alta, esta enfangada y hay mil mosquitos, además claro, de que la idea de encontrar una anaconda acojona bastante. Nuestro guía encontró una pequeña de 1 metro más o menos, y la cogió por la cola, nos la enseño y nosotros contentos. Porque la verdad no me hubiera gustado encontrarme una de 8m.
  • Ir a pescar pirañas. Y allí estábamos todos con nuestro sedal, anzuelo y trozos de filete y en un pispas notabas como los bichos se comían toda la carne, pero no era tan fácil pescarlos. Los chicos, sacaron su vena de macho dominante y todos pescaron una, salvo el israelita, y las chicas lo intentamos, pero nos quedamos con las ganas. Eso si, como buenos hombres pescadores, repartieron la comida con las hembras y todos probamos piraña en la cena.

  • Ir a andar con delfines rosas. Después de haber visto más de 50 aligatores y cazado pirañas, la idea de meterse en el agua chocolate, no es de lo más atractiva, pero los guias nos aseguraban que donde hay delfines no hay el resto de los bichos asesinos, así que nos lanzamos al agua. Susana en cuanto vió a un delfín a medio metro, metió un grito y se fue para el barco, y es que como el agua es tan oscuro no los ves venir, y de repentes sientes que algo se mueve y da un susto de la lecha, porque y si hay un aligátor extraviado, pero Ion y Yannick se dispusieron a jugar con los delfines y allí estuvieron mientras los delfines pasaban de un lado para otro y los tocaban. En un momento Ion estuvo con los pies en las cabezas de los delfines, debajo del agua no en plan hombre bala, hasta que un delfin jugueton le pego un mordisco en el dedo del pie y eso ya no le hizo tanta gracia.

La verdad que el tour esta bien, aunque un poco masificado, pero se ven una cantidad de animales que es una chulada. Además como nuestro grupo era majo, lo pasamos bien.

De vuelta a Rurre, cenota de campeones y al día siguiente vuelo de vuelta a la Paz. Una vez más el mosquito se movía la leche, pero aterrizamos sin muchos sobresaltos. En la Paz nos tocó despedirnos de Anu, Raja y Yannick, y con penilla por separarnos, nos fuimos a la estación de bus para coger el nocturno que nos ha traído en 12 horas a Sucre.

Y después de la chapa sobre nuestros últimos 10 días, el avance culinario boliviano. Bolivia es muy barato, si no estuviéramos haciendo los tours y cuidándonos tanto, nos podría salir por 25 euros al día los dos. Pero como hemos estado acompañados nos hemos dado a la buena vida de cenas y cervezas, aún así es tirado.

Eso incluye que es más barato comer en la calle que prepararse cosas en casa, así que nos estamos cuidando bien. Como ejemplo, un almuerzo, que es como se llama aquí el menú del día puede llegar a costar sólo 7 bolivianos, es decir, 0,7€, y eso incluye sopa, un segundo y un refresco o un zumo. Hay almuerzos ejecutivos y para turistas, que son más caros, como 2 o 3 euros. Pero el de los locales ya está bien rico. Si quieres ir a un restaurante de guiris y pedirte un filete de llama con patatas y una cerveza, igual te sale por 5 o 6 euros.

Además de ser barato, la comida esta bastante buena, entre las cosas que hemos comidos están:
  • Las salteñas: como las empanadas argentinas, pero con la masa medio dulce y rellenas de pollo o carne con vegetales. Como snack están super buenas.
  • Las tucumanas: que son como las salteñas pero la masa de fuera es frita, como la de las empanadillas de envase blanco y azul de toda la vida.
  • Filete de Llama, la carne de llama es parecida a la de ternera.
  • Milanesa de pollo o carne: que es como un filete muy fino empanado, no merece mucho la pena, pero con una buena ración de patatas es un buen quita hambre.
  • Trucha del lago Titicaca: es super jugosa y suave.
  • Chorizo chuquisagueño: parecido al chorizo frito de toda la vida, pero un poco más suave. Entre pan y pan esta buenísimo. Y es que aquí hay pan de verdad.
  • Frutas y zumos. Una ensalada de frutas como la cabeza de Koko con yogur, cuesta como 80 cts y los zumos son tiradísimos, en la calle te puedes tomar un zumo de naranja recién exprimido por 30cts, y el en bares y restaurantes por 50/60 cts tienes zumos de fresa, maracuyá, piña, mango, o lo que quieras.
  • Tortilla y pollo masala. Una vez más hemos animado y hemos preparado nuestras super tortillas, que quedaron muy ricas y que tuvieron mucho éxito, el pollo por supuesto lo preparo Anu, he igualmente estaba super bueno.

Vamos, que nos estamos poniendo las botas!

Creo que después de 10 días de silencio, esto es todo, sentimos el retraso, pero hemos andado muy liados con tanto por comer. Esta noche nos toca mondongo, que aunque suena realmente mal, es cerdo asado con una salsa de vinagreta o no se qué. Se supone que es típico de aquí, así que ya os contaremos.