Gran viaje de autobús de unas 20 horas, una vez más un frío del diablo toda la noche. Ni con manta se nos iba el frío, así que a pesar de que el bus era bastante bueno y cómodo no dormimos demasiado bien y hubo algún que otro problema gástrico al llegar a Río.
Debido a los problemas gástricos decidimos no alejarnos demasiado del hostal, así que el primer día fuimos a la playita a descansar un poco y a dar una vuelta por los alrededores. Finalmente parece que surtió efecto el tema y al día siguiente ya estábamos preparados para alejarnos un poco del hostal.
No queríamos irnos de Río sin visitar una parte muy grande de la ciudad, las favelas. Así que a través de un contacto conseguimos hablar con Lays, una chica que vive en la favela y que hace tours. Quedamos por la mañana con ella yen un minibús fuimos a la entrada de la favela. La verdad es que es impresionante ver como edificios y casas de mucho nivel están separadas simplemente por unos escasos metros o simplemente vallas de las favelas. Fuimos a la favela rocinha, que se supone que es la más grande de Río, unas 300,000 personas.
Nada más bajarnos del minibús vimos que las vistas desde la favela son muy buenas, ya que la favela está apoyada en la montaña, pudiendo contemplar Río desde un punto más alto que la zona noble de la ciudad. Pero sin lugar a dudas lo que más nos llamó la atención fue ver alguna que otra pistola y sobre todo una ametralladora que tenía un hombre a la entrada de la favela.
En las favelas no hay policía y se supone que están dominadas por narcos. Se supone que hay una cierta paz ya que los jefes no quieren problemas que causen que la policía quiera entrar. Según Lays normalmente no hay peligro y suele haber tiroteos sólo cuando la policía entra. Ella nos dijo que el único peligro que tendríamos si viniéramos solos era perdernos, aunque nada más llegar ya se nos acercó gente preguntándonos si teníamos guía, por lo que creemos que si vas sin guía vuelves sin calzoncillos.
La cuestión es que dimos un paseo, entramos en una casa para ver las vistas e incluso cogimos una moto taxi, pero no nos dejó de parecer una ciudad pobre como hay muchas y en las que no se respiraba nada demasiado especial. El tour nos decepcionó un poco porque fuimos por las calles principales de la favela y no en callejuelas como esperábamos. En resumen, estuvo bien pero un poco light.
Como Santi se iba al día siguiente teníamos que ir ese mismo día al Cristo del Corcovado. Estuvimos viendo las semis de Rafa y casi no llegamos a tiempo, pero finalmente conseguimos llegar antes de que se hiciera de noche y contemplamos las grandes vistas de la ciudad. Las vistas desde arriba son impresionantes, ya que se observan las playas de la ciudad y todas las formaciones montañosas del estilo pan de azúcar. El Cristo iluminado también es espectacular y da juego para hacer bastante el retrasado.
Por la noche fuimos a la zona de Lapa. La verdad es que está muy bien y tiene bares muy animados, pero sin embargo después de meternos la mega petada cenando estábamos un poco doblados, así que poco más tarde de las 12 nos fuimos para casa. Nos hemos quedado un poco con las ganas de haber estado más, porque los bares tenían muy buena pinta y también hay alguna que otra escuela de samba.
Al día siguiente Santi se tenía que ir. Antes de despedirnos decidimos cargar al chaval con unos cuantos fortasec en la mochila para que no matara al resto del pasaje. Gracias por visitarnos, no te echaremos de menos en los restaurantes de kilo :).
Los dos últimos días los hemos dedicado a dar vueltas por la ciudad, especialmente Copacabana, ya que habíamos estado casi todo el tiempo por Ipanema y también subir a Morro de Urca. Morro de Urca es la hermana pequeña del Pan de Azúcar. De hecho el funicular que sube a Pan de Azucar para primero en Morro de Urca. Lo bueno es que las vistas son bastante parecidas y se puede subir a pata, ahorrándote los 20EUR del funi. La subida es bastante inclinada pero se hace en un ratillo. La vistas son muy bunas, pero en un día claro y a a nosotros nos tocó un día con bastante bruma, pero el paseo merece la pena.
Ahora estamos en Miami, después de un vuelo nocturno, esta vez con American Airlines, una infamia de aerolínea del tipo de Iberia, con aviones del año Maricastaña, cuyos asientos se reclinan lo mismo que una silla de cocina y con un problema térmico interesante (otra vez un frío horrible).
Por cierto, las fotos de Brasil están colgadas. Hay pocas por que en algunas zonas era mejor no llevar la cámara y porque también sacamos unas cuantas con la cámara de Santi.
¿!QUE SE HABRA CREIDO ESTE SANTI!? ponerse al nivel de tolerancia gastrica de dos comilones como vosotros en unos días es tarea ardua dificil.... ademas con 9 meses de practicas. jajajajaja.
ResponderEliminarEspero que solo fuera una pequeña indisposición y que haya disfrutado todo lo que parece, segun lo que habeis escrito.
Santi ahora estará ccon el sindrome postvacances y no tendrá fuerzas ni para hacer comentarios jeje.
Espero que sigais a tope con vuestra aventura y con las pilas cargadas despues de la visita (y la visa) de vuestro acompañante.
gus.
agradezco enormemente los fortasec, me ha parecido un gesto el hecho de que no hayáis ido a más detalles de mis problemas intestinales... para vuestra tranquilidad sólo tardé unos 3 días en estar de nuevo al 100%...
ResponderEliminarmatices, no es la favela más grande de río, la rocina, sino de todo Latinoamérica, según esta chica Lays, aunque es cierto que no me daba mucha confianza y casi merece un google para asegurarnos...
La verdad es que el tema de seguridad, casi más fue la gente que nos advertía que nosotros sintiéramos ningún peligro... si bien es verdad que con como olíamos, creo que la gente estaba más intimidada por nosotros que viceversa...
la época de visitas no ha hecho más que empezar, no? ahora tenéis pendientes 6 semanas con gente, espero que les metáis caña...
qué hicistéis al final en Miami? ya nos iréis contando qué tal México...
abrazos,
santi