domingo, 16 de enero de 2011

Filipinas: La Cordillera (Banaue, Batad y Sagada)

Llegamos por la mañana a Manila y nuestro único objetivo era comprar los billetes de autobús nocturno a Banue.  Pasamos por la estación, pillamos los billetes y nos dejaron dejar las mochilas gratis en la estación, así que de lo malo malo podíamos dar una vuelta por Manila aunque no le tuviéramos mucho cariño a la ciudad. Por la tontería nos pegamos la clásica pateada por el centro que es bastante feo pero en el que ves las hordas de gente que viven en Manila y la cantidad ingente de puestos de comida y tiendas de todo tipo que hay en la calle.

Por cierto, si alguien quiere algún carnet o título falsificado que se pase por aquí, que está lleno de puestos de falsificación donde te hacen doctor en 10 minutos. El paseo incluyó la visita a un cementerio chino que fue bastante flojo y por el barrio chino donde es impresionante la cantidad de cosas que se pueden comprar a precios tirados..aunque como está prohibido comprar no compramos nada. Luego fuimos a la parte pijilla a dar una vuelta y cogimos un par de jeepneys (especie de jeeps muy largos que llevan a gente de por la ciudad. El precio es muy barato, 7pesos, y la gente se va subiendo y bajando continuamente) disfrutando del tráfico de manila, ya que tardamos unas 2 horas en llegar.

A las 22:45 cogimos el bus, un bus que está a 0 grados Kelvin, pingüinos por los pasillos y el Yeti pidiendo mantas. Menos mal que veníamos avisados y aparecimos con 2 camisetas, el polar, manta robada de línea aérea y pareos, porque hacía una rasca del diablo. Como íbamos bien equipados conseguimos dormir y llegamos a las 6:15 a Banaue, pueblo famoso por sus terrazas de arroz, eso sí, con una niebla bastante densa.

Desayuno en un hostal y como habíamos dormido bien decidimos irnos a directamente a Batad, dejando las mochilas grandes. Así que nos pillamos un triciclo (moto con especie de sidecar) que nos llevara al cruce para patear 1,30 y llegar a Batad, que tiene unas terrazas muy bonitas. La verdad es que no sabíamos si quedarnos o no, así que decidimos sentarnos un rato para pensarlo, hasta que un perro decidió que el mejor sitio para mear era la piedra en la que Ion estaba sentado. Era una señal, había que irse pateando hasta el siguiente pueblo con meau incluido. 

El problema es cómo ir, ya que en Batad son un pequeño infierno con el tema de los guía y te quieren cobrar un montón. Al final decidimos hacerlo por nuestra cuenta hasta que, ya medio perdidos preguntamos a una señora de una tienda cómo ir y al final nos dijo que ella nos acompañaba por un módico precio. Le dijimos que ok, pero qué pasaba con su tienda y sus hijos, ella dijo que ningún problema, que dejaba a los niños con la abuela y tienda cerrada. Menos mal que nos encontramos a la señora, sino estamos todavía dando vueltas por los arrozales.



El camino hasta Cambulo es muy corto, 1,30 horas, pero está muy bien porque ves Batad desde el lado contrario y además el tiempo había mejorado y hacía bastante calor. Cambulo es un pueblecito en el que pasamos la noche, para al día siguiente pegarnos una buena pateada hasta Banaue otra vez. El guía esta vez era el hermano de la tendera, un tío con unas pintas bastante lamentables, con la boca y los dientes todos rojos por tomar un hierbajo que mascan por aquí. El tío no sabía demasiado inglés y no le gustaba demasiado parar. Al final pateamos 7 horas descansando 15 minutos. El camino está muy bien, sobre todo hasta Pula, se van recorriendo los arrozales y tienes vistas de todas las montañas y su perfil escalonado. Desde Pula entras en un bosque hasta llegar a Banaue.



La pateada se nos hizo bastante dura, porque el camino (en la dirección contraria era casi todo bajar, nos enteramos tarde como siempre) era durillo y por la mañana hacía un calor de la leche y no corría nada de aire. Además, nos pasamos de 7 de la mañana a 2 de la tarde pateando hacia arriba, sin parar, y los pocos tramos que eran llanos eran por arrozales en los que había que ir de piedra en piedra con el peligro de meter la pierna en el arrozal. De todas formas el camino era muy chulo y mereció la pena la pateada. Eso sí, no sabemos si por no descansar o porque estamos un poco desentrenados al día siguiente hemos sufrido las consecuencias y las piernas dolían un poco. 

Con nuestro ritmo demoledor de ver la zona de Banaue, en dos días no lo habiamos ventilado, así que nos dirijimos a Sagada, con las correspondientes 3 horas de jeepney para recorrer unos 70 km.

Según la Lonely, Sagada es un pueblo de montaña tranquilo, por lo que nos imaginabamos 4 casas y 3 personas, pero realmente tiene unos 1.500 habitantes, así que para Susana era casi una urbe. Realmente es muy muy tranquilo, y para que la cosa no se desmadre tiene toque de queda a las 9 de la noche. En principio establecieron el toque de queda en la época de la dictadura para evitar las revueltas, pero en Sagada lo han adoptado permanentemente para que la gente no se mame como cabras (especialmente los locales, que le dan bastante a la botella).

Los dias en Sagada los hemos pasado tranquilamente por 2 motivos: el dolor de piernas persistia y el tiempo no nos ha acompañado mucho (la maldita Niña nos esta dando la tabarra bastante). Así que hemos pasado los dias, visitando los ataudes colgantes, una cascadilla y las cuevas.



Una de las atracciones de Sagada son unos ataudes que estan puesto en las rocas y en las entradas de algunas cuevas, supuestamente es para que los espiritus de los muertos se quedasen así más cerca de sus familiares, pero la verdad que aunque es que aunque en información turistica te los señalen como uno de los "highlights" no tiene mucho interés.



Las cuevas sin embargo son muy chulas, bueno al menos la pequeña que nosotros visitamos. Aunque al principio es un poco fea porque resbala bastante la entrada y oyes los murcielagos encima tuyo, pronto llegas a un punto en el que hay unas bovedas super grandes, con formaciones muy chulas. La famosa cueva de las 4 horas no la hicimos dada la aversión de Susana a las cuevas.

Y después del relax de la montaña, hoy nos hemos metido nuestro maraton para volver a Manila, esto incluye dos buses de 6 horas cada uno, esperando entre ellos 3 horitas. Así que luego nos hemos venido directamente al aeropuerto a pasar noche. En 3 horas tenemos el vuelo a s'pore y de mientras, aqui andamos aguantando que pasen las horas...

2 comentarios:

  1. Bueno, lo dicho, buen vuelo y recuerdos a Javiton!! Entiendo que es el momento crítico del viaje!!

    Muy bueno por cierto lo del perrete!

    Un abrazo muy fuerte,

    Emilio

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  2. Cuanto tiempo sin saber de vosotros, muy bueno lo del perro, si cuando te mandan señales, no hay como hacerles caso.
    Fotos buenísimas, pasadlo bien en Singapur

    BSOS

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