Después de recargar pilas birreras en la sala VIP y seis horitas de vuelo, llegamos a las 4:30 de la mañana al aeropuerto de Delhi. Supuestamente teníamos reservado un hotelucho en la zona de mochileros, pero resulto que los “recepcionistas” estaban durmiendo en el suelo enfrente del mostrador y nos dicen que es muy pronto para hacer el check-in y que de mientras no nos pueden guardar las maletas, asi que nos ponemos a pasear por Delhi en busca de otro hotel. Llegamos a otro que teníamos apuntado y que afortundamente nos dejo entrar a las 6 de la mañana con la condición de que saliésemos en 24 horas! Genial! Teniamos planeado coger al día siguiente el tren a las 6 de la mañana, asi que nos iba perfecto y además pudimos echar un sueñecito en ese mismo momento.
A las 12 de la mañana, en plan “txomin”, nos ponemos a buscar un mapa de delhi para ver que hacer durante el resto del dia (es lo malo de las guias en pdf), pero se convierte en una tarea imposible, en cada sitio que entrabamos, supuestamente oficiales, nos intentaban vender todo el pack de viaje por la India, y en cuanto les decíamos que sólo queríamos el mapa, ya no tenían mapas!!! Tampoco había billetes de tren porque estaban agotados, etc… en fin, lo típico de voy a intentar timar al turista. Con un poco de paciencia y un par de caretos bordes conseguimos los billetes de tren y un mapa!!!! Todo provisto por la oficina de reserva de billetes para “guiris” de la estación.
El resto, paseo por Delhi, con mucho mucho calor, y visita a Connaught Place, Indian Gate y Humayun’s Tomb. Pero lo que llama la atención de Delhi no son los monumentos o los puntos de interés, es todo el resto, el meollo de tráfico, la cantidad de gente, la cantidad de polvo, la aglomeración de todo, es como se ve en las películas pero es real, y supongo que eso es lo que más nos impacta a los que la visitamos por primera vez (Susana, en este caso).
Por la mañana del día siguiente nos levantamos prontito sobre las 5 de la mañana, ya que teníamos que pillar el tren de las 6 en la estación y queríamos ir pronto por si acaso. El tren a Agra que habíamos cogido era el bueno, el que llega en menos de dos horas. Además, nosotros que íbamos provistos de galletas y mierdecillas que teníamos de Jordania para desayunar, no sabíamos que el tren incluía desayuno, y resulta que en el tren te dan unas galletas maría, un té, un par de tostadas (yo he repetido (Ion obviamente)), un zumo, agua y unas croquetas que no hay quien se las coma, y menos a las 7 de la mañana, que el tema picante entra poco.
Hemos llegado sobre las 8, hemos ido a un guest house que habíamos visto en la guía, y después de un rato hemos tirado hacia el fuerte de Agra, bastante bonito y grande, pero claro, comparado con el Taj Mahal sale un poco perdiendo. Así hemos pasado la mañana y después hemos cogido un rickshaw (especie de moto con un cubículo detrás) para acercarnos al Taj. Hemos comido en un sitio que estaba a 300metros del Taj, un Thali (arroz con diferentes platos alrededor de yogur, lentejas, patatas con guisantes etc…) y un kofta con crema, una especie de bola con crema por dentro y salsa de tomate que estaba bastante buena. Nuestro estómago parece que de momento ha superado la prueba, ya caeremos…
La tarde entera la hemos pasado en el Taj Mahal, no hay mucho que contar, todo el mundo sabe lo que es y la verdad es que súper bonito. Lo único malo, es que, quizás porque sea domingo había hordas de indios en el recinto. De hecho, la gran mayoría de turistas eran indios, occidentales pocos. Para entrar en el Taj Mahal en sí había unas colas importantes.
Lo más llamativo, a parte del Taj en sí, es que nos han tratado como atracciones durante la visita. Los turistas indios no debían estar muy acostumbrados a ver a occidentales o les hacía ilusión vernos, porque nos han parado un montón de veces para sacarse fotos con sus cámaras y móviles con nosotros. Nosotros flipados les hemos dicho que sí, hasta nos hemos sacado unas fotos con un grupo de un colegio en el que uno de los responsables nos ha pedido por favor si podíamos sacarnos una foto con la clase…en fin, después de desfilar por el Taj Mahal fashion week hemos vuelto para el hotel que mañana nos tenemos que levantar pronto para ir a Jaipur (ciudad rosa), donde esperamos estar un par de días.
Gracias por los posts... Bueno, parece que la cosa en la India poco a poco mejora no...?
ResponderEliminarYa contaréis que tal la comida, que soy fan!
Un abrazo,
Emilio
Viejos recuerdos Ioni... esos indios tan solícitos, esas colas en los trenes, esas maravillosas indicaciones... dios, me estaba estresando sólo leyendo el blog!
ResponderEliminarMe estaba acordando de la comida que tuvimos viendo el taj en el fondo, eso sí estuvo wapo...
En qué tipo de tren os habéis montado? A nosotros ni galletitas ni tres cuartos, por supuesto que me parece un pecado dejar croquetas sin comer!! Por lo que parece no os robaron los zapatos en el Taj Mahal, eso es bueno! Y en la foto parecéis altos y todo! Eso de ir a la india y encima sacar fotos con gente de la escuela os está viniendo de perlas...
creo que voy a echar una lágrima por los viejos tiempos...
La camiseta de la herri krosa llega mas alla ke un Montero!
ResponderEliminarSusana, yo también he comido Thali; eso si, lo comí en Berlin, nada que ver con ponerte delante del Taj Mahal, claro..... Que interesante todo!! Y que envidia.... Un musu a los 2!!
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