Dice la leyenda que no sé qué Maharaja pintó la ciudad de Jaipur de rosa para darle la bienvenida a no sé qué príncipe de Gales, ya que el rosa era el color de la hospitalidad. Y la leyenda ha hecho que esta ciudad siga siendo conocida como la ciudad rosa, claro que ahora con 2 millones y pico de habitantes, pues nadie se preocupa de pintar su casa de rosa, y lo que es el casco antiguo tiene cuatro casas rosas y punto (más bien un color entre salmón y teja, pero obviamente rosa para el público masculino).
Llegamos a Jaipur después de 4 horas de helador tren desde Agra (cuando dicen que el aire tiene aire acondicionado es que tiene aire acondicionado) y como no, nos plantamos al azar en un hotel que venía en la Lonely (y que resultó que Ion había estado en él hace 3 años). Así que para las 10 de la mañana ya teníamos habitación y nos pusimos a planear que hacer en Jaipur, y echar un vistazo a los sitios de los próximos días.
Después de un almuerzo temprano, nos dirigimos al City Palace, a través de la ciudad antigua que está llena de bazares autóctonos, donde los indios compran de verdad y donde no sufres un acoso total, no esos bazares preparados para turistas. Supuestamente a través de esas calles deberíamos haber visto el rosa, pero rosa, rosa, no hemos visto más que las telas de los saris y los brazaletes (el 80% de las tiendas del mercado son tiendas de brazaletes y puedes ver como los hacen allí mismo con un hornillo que calienta las piedras y como incrustan las piedras a la pulsera con unas pinzas). El bazar tiene todo tipo de tiendas y cada una está especializada en algo, el de las especias, el del té, el de colorantes, cables, telas, sastres, además de hortalizas y las tiendas de pulseras, claro.
Después nos dirigimos al hotel pues el cielo se puso más negro que el sobaco de un grillo y salió un viento bastante majo, que removía todo el polvo y te iba dejando ciego y rubio. Teníamos la intención de pasar el resto de la tarde tranquilos en una especie de balconcillo que tenía el hotel, pero decidimos reservar los trenes para los próximos días, pues ya tocaba. Cuál fue nuestra sorpresa al descubrir que el tren de Jaisalmer a Delhi no tenía plazas hasta el 18 de octubre (y nosotros nos vamos a Nepal el 19 y son 19 horas de tren), y algún otro de los trenes hasta Jaisalmer también estaba petado (no sabemos si es porque siempre es así o por el tema de los juegos de la Commomwealth de Delhi, pero el tema de los trenes está complicado y el autobús vista la experiencia de hace unos años como que no atraía demasiado).
Así que lo que se planteaba como una tarde tranquila, se convirtió en 2 horas y pico conectados a internet buscando trenes (también es verdad que internet iba a pedales), siendo al final la ruta escogida: Jaipur (donde estamos ahora), Udaipur, Pushkar ( via Ajmer) y vuelta a Delhi.
Al día siguiente, después de tomarnos la mañana relajada (durmiendo), nos fuimos hasta el fuerte Nahargarh al que hay que subir por una colina, y como somos unos tanos, nos pateamos toda la subida en vez de pagar los 4 euros que cuesta el rickshaw. Una vez allí nos dimos la vuelta a toda la muralla (más de una hora), con unas vistas impresionantes de Jaipur, donde una vez más constatamos que NO, NO hay rosa. El fuerte tiene un palacio, que aunque está bastante abandonado, es muy chulo, y hemos estado planteándonos como rediséñalo para convertirlo en parador nacional.
Lo mejor de todo ha sido la tranquilidad de estar ahí arriba casi sin gente, y por supuesto sin los perpetuos pitidos de los coches, motos y rickshaws. Después de la bajada, otro paseíto por la ciudad antigua, los jardines de la parte nueva de la ciudad (llenos de gente tirada en ellos) cena y ahora estamos aparcados en el hotel, esperando la hora de irnos a la estación de tren para ir a Udaipur (para los freekes allí se rodó la peli Octopussy, de 007). Nos esperan 8 horas de tren nocturno en asientos, porque las clases con camas estaban llenas..así que mañana lumbago tocado…
Ya os contaremos como nos va en Udaipur!!!
Otra vez, actividad de riesgo conectarse a internet, asi que no podemos subir fotos!! A ver si en pushkar hay suerte!!!
ResponderEliminarUna duda, ¿Jaipur es la ciudad Rosa?
ResponderEliminarVaya ritmo que lleváis, todos los días de madrugón. Casi ya no me dais envidia y prefiero ir a currar que ver mundo. Lástima, que sólo es casi
Que bonito de lo la ciudad rosa... aunque luego no sea tan rosa...
ResponderEliminarMe muero si no lo digo: supongo (supongo) que el príncipe de Gales sería el futuro Eduardo VIII... Que sólo reino unos meses... O Jorge V.
Bueno añadido el dato histórico, os mando un abrazo muy fuerte a los dos!!
Suerte en Udaipur!!
Emilio
Muy bien emilio, has aprobado, era Eduardo VII.
ResponderEliminarLa comida rica, y de momento no nos estamos yendo por las patas...y digo mucho porque un poquito si (al menos yo).Susana
Eduardo VII o Eduardo VIII? No os aclaráis y la audiencia está ávida de esta información!
ResponderEliminarLo teníais jodido, la leyenda dice que hay que tener el alma pura para ver el rosa de la ciudad, estaba claro que era misión imposible para vosotros...
Ion no vale repetir hoteles, eres un mixto!! aburrido! En cuanto a la comida, no os preocupéis, si notáis el estómago afectado, tomaros con calma comida más limpia, en mi experiencia el KFC ayuda mucho!
Pues nada, a ver qué tal Udaipur, para mi fue una de lo más wapo, y los innombrables no molestaban demasiado...
Abrazos,
Santi
Jesús no te conectas dos días escribís un montón, no esperaba que fueseis tan constantes.
ResponderEliminarVeo que vuestros estómagos son a prueba de bombas.
Para tomaros un año para viajar menudos madrugones y pateadas que os metéis, por lo que contais los indios mejor de lo que os esperabais.
Estoy con Santi, no puedo esperar para saber si es Eduardo VII o Eduardo VIII
BSOS
Pues en efecto, se trata de Eduardo VII, no de su nieto, Eduardo VIII (Wikipedia dixit). Por lo que veo, Eduardo VIII también visitó la India, pero no se si la ciudad en cuestión...
ResponderEliminarQué fallo, Emilio, que fallo.
ResponderEliminarMenudo ritmo lleváis! Parad un poco u os vais a gripar.